PLAN DE MARKETING PARA INCENTIVAR EL RETORNO DE ESTUDIANTES DESERTORES A LAS UNIVERSIDADES DE GUAYAQUIL
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La deserción estudiantil universitaria es un problema que se presenta en el país
cada vez con mayor frecuencia. Ya sea por factores económicos, sociales,
culturales o académicos, los alumnos interrumpen o suspenden sus estudios.
Según su duración, la deserción resulta temporal por algunos meses o definitiva;
así como también depende de su alcance, pues hay estudiantes que se retiran de la
institución para ingresar a otra o abandonan totalmente el sistema educativo en
general. Aquellos que cambian de establecimiento educativo sirven de referente a
2
las instituciones para evaluar su calidad y generar estrategias que permitan
incrementar la tasa de retención de sus estudiantes.
Este tipo de estudiantes comúnmente denominados desertores, no sólo perjudican
su propio crecimiento personal y profesional al prolongar la duración de su
carrera, sino que además afectan su entorno familiar, a la comunidad educativa y
al país. Estos estudiantes que no se matriculan pero que tienen las condiciones
académicas para continuar representan incluso un criterio de evaluación dentro de
la calificación que realiza el CEAACES (Consejo de Evaluación, Acreditación y
Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) a las IES (Instituciones de
Educación Superior). De acuerdo a ese ente regulador, las Universidades se
categorizan en A, B, C y D. (CEAACES, 2015) (Tabla 1)
Description
La deserción estudiantil universitaria es un problema que se presenta en el país
cada vez con mayor frecuencia. Ya sea por factores económicos, sociales,
culturales o académicos, los alumnos interrumpen o suspenden sus estudios.
Según su duración, la deserción resulta temporal por algunos meses o definitiva;
así como también depende de su alcance, pues hay estudiantes que se retiran de la
institución para ingresar a otra o abandonan totalmente el sistema educativo en
general. Aquellos que cambian de establecimiento educativo sirven de referente a
2
las instituciones para evaluar su calidad y generar estrategias que permitan
incrementar la tasa de retención de sus estudiantes.
Este tipo de estudiantes comúnmente denominados desertores, no sólo perjudican
su propio crecimiento personal y profesional al prolongar la duración de su
carrera, sino que además afectan su entorno familiar, a la comunidad educativa y
al país. Estos estudiantes que no se matriculan pero que tienen las condiciones
académicas para continuar representan incluso un criterio de evaluación dentro de
la calificación que realiza el CEAACES (Consejo de Evaluación, Acreditación y
Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) a las IES (Instituciones de
Educación Superior). De acuerdo a ese ente regulador, las Universidades se
categorizan en A, B, C y D. (CEAACES, 2015) (Tabla 1)